Marina Abramović
Por Gabriela Camero
Es una artista serbia, nacida en Yugoslavia el 30 de noviembre de 1946. Entró a estudiar en la Academia de Bellas Artes de Belgrado a los diecinueve años, en 1970 se gradúa y hace un postrado en la Academia de Bellas Artes de Zagreb, Croacia. Sus padres fueron guerrilleros en la Segunda Guerra Mundial, su padre fue aclamado como héroe nacional después de la guerra y su madre fue comandante en la armada, luego asume el cargo de Directora del Museo de la Revolución y Arte de Belgrado. Su abuelo fue patriarca de la Iglesia Ortodoxa Serbia, y al morir fue proclamado santo, sus restos fueron llevados, embalsamados, a la Iglesia de San Sava en Belgrado.
En sus performances intenta establecer un vínculo con su cuerpo, siento este, tal y como hace
Orlan y otros performancistas, la herramienta principal en todos sus actos, “Su idea era establecer un diálogo energético con los espectadores”, dice la wed de performancelogia, es decir, un flujo de energía y, con ella, de conexión con los espectadores. El grado de conexión es tan alto, que es el público quien decide el momento en que la acción termina, interviniendo a tiempo para salvar la vida de la artista, quien no teme llevar su cuerpo al extremo, corriendo incluso el riesgo de morir. Tal y como dice ella: "Estoy interesada en un arte que perturbe y rompa ese momento de peligro; por eso, el público tiene que estar mirando aquí y ahora. Deja que el peligro te concentre; esta es la idea, que te concentres en el ahora".
Su arte
Su primer performance fue en 1973, que se llamó Ritmo 10. Marina empleó el juego ruso de dar golpes rítmicos de cuchillo entre los dedos abiertos de la mano, registrándolo todo en una grabadora, cada vez que se equivocaba, cortándose, reemplazaba el cuchillo utilizado por otro. En total usó veinte cuchillos. Cuando terminó, reprodujo la cinta, e intentó repetir lo grabado, incluyendo los errores. Su intención era unir el pasado (lo grabado) con el presente (lo imitado).
Le siguió Ritmo 5, en 1974, en donde el dolor fue a un grado muchísimo más extremo que Ritmo 10. Aquí, Marina monta una gran estrella mojada en petróleo en medio del escenario, prendiéndole fuego, luego corta sus uñas de pies y manos y su cabello, tirándolos a la gran estrella para luego brincar ella misma, cayendo en el centro. Debido al fuego y al humo, rápidamente quedó inconsciente. El público se percató del problema cuando las llamas estaban peligrosamente cerca del cuerpo inmóvil y, raudos, se precipitaron a sacarla de allí y a apagar a la estrella.
Pero sin duda su performance más audaz fue Ritmo 0, también en 1974. Sobre una mesa colocó 72 objetos, que el público podría usar como ellos quisieran bajo la única condición de aplicarlo al cuerpo de la artista. Estos objetos podían dar placer o infringir dolor, por ejemplo, tijeras, un cuchillo, un látigo… El público en un primer momento actuó pasivamente, sin atreverse a dañarla, pero cuando el tiempo fue transcurriendo y Marina no mostraba signos de menor rechazo a ninguna de sus acciones, el nivel de agresividad y violencia fue aumentando. El performance duró seis horas. Esta acción es una clara muestra de su concepto del arte.
Al mudarse a Ámsterdam, conoció al artista de performance Ulay (Uwe Laysiepen). Comenzaron a desarrollar performances en conjunto desde 1975 a 1988. En 1977 realizaron una acción titulada Breathing in/Breathing Out, en donde ambos unen sus bocas con fuerza, sin separarse en lo más mínimo.
Pegaron micrófonos a sus gargantas, de esta forma permanecieron diecisiete minutos, respirando el aire del otro hasta agotarlo por completo, el desmayo ocurrió cuando los pulmones de ambos se llenaron de dióxido de carbono, al no tener más oxigeno que soltar. Intentaban explorar la idea de que el ser humano puede absorber la vida de otra persona, apoderarse de ella hasta destruirla por completo.
Luego en 1980, realizaron la Rest Energy. Ambos sostenían un arco con una flecha tensada apuntando al corazón de Marina, sólo la fuerza de cada uno mantenía la tensión e impedían que la fecha se lanzara. Con micrófonos, grabaron los latidos de corazón de ambos, desbocados, acelerados.
Su performance en conjunto más emblemático fue The Great Wall Walk, realizada en 1988 en la Gran Muralla China. Esta acción puso fin a su relación. Consistió en que ambos se colocaron en extremos opuestos de la muralla y fueron avanzando, en una larga caminata de aproximadamente 2.000 kilómetros, hacia el centro, donde ambos terminaron encontrándose.
Abramovic se ha autoproclamado la "Abuela del Arte de la Performance". Su performance más reciente fue en 1997, cuyo nombre fue Balkan Baroque, realizado en la Bienal de Venecia.
En sus performances intenta establecer un vínculo con su cuerpo, siento este, tal y como hace
Orlan y otros performancistas, la herramienta principal en todos sus actos, “Su idea era establecer un diálogo energético con los espectadores”, dice la wed de performancelogia, es decir, un flujo de energía y, con ella, de conexión con los espectadores. El grado de conexión es tan alto, que es el público quien decide el momento en que la acción termina, interviniendo a tiempo para salvar la vida de la artista, quien no teme llevar su cuerpo al extremo, corriendo incluso el riesgo de morir. Tal y como dice ella: "Estoy interesada en un arte que perturbe y rompa ese momento de peligro; por eso, el público tiene que estar mirando aquí y ahora. Deja que el peligro te concentre; esta es la idea, que te concentres en el ahora".
Su arte
Su primer performance fue en 1973, que se llamó Ritmo 10. Marina empleó el juego ruso de dar golpes rítmicos de cuchillo entre los dedos abiertos de la mano, registrándolo todo en una grabadora, cada vez que se equivocaba, cortándose, reemplazaba el cuchillo utilizado por otro. En total usó veinte cuchillos. Cuando terminó, reprodujo la cinta, e intentó repetir lo grabado, incluyendo los errores. Su intención era unir el pasado (lo grabado) con el presente (lo imitado).
Le siguió Ritmo 5, en 1974, en donde el dolor fue a un grado muchísimo más extremo que Ritmo 10. Aquí, Marina monta una gran estrella mojada en petróleo en medio del escenario, prendiéndole fuego, luego corta sus uñas de pies y manos y su cabello, tirándolos a la gran estrella para luego brincar ella misma, cayendo en el centro. Debido al fuego y al humo, rápidamente quedó inconsciente. El público se percató del problema cuando las llamas estaban peligrosamente cerca del cuerpo inmóvil y, raudos, se precipitaron a sacarla de allí y a apagar a la estrella.
Pero sin duda su performance más audaz fue Ritmo 0, también en 1974. Sobre una mesa colocó 72 objetos, que el público podría usar como ellos quisieran bajo la única condición de aplicarlo al cuerpo de la artista. Estos objetos podían dar placer o infringir dolor, por ejemplo, tijeras, un cuchillo, un látigo… El público en un primer momento actuó pasivamente, sin atreverse a dañarla, pero cuando el tiempo fue transcurriendo y Marina no mostraba signos de menor rechazo a ninguna de sus acciones, el nivel de agresividad y violencia fue aumentando. El performance duró seis horas. Esta acción es una clara muestra de su concepto del arte.
Al mudarse a Ámsterdam, conoció al artista de performance Ulay (Uwe Laysiepen). Comenzaron a desarrollar performances en conjunto desde 1975 a 1988. En 1977 realizaron una acción titulada Breathing in/Breathing Out, en donde ambos unen sus bocas con fuerza, sin separarse en lo más mínimo.
Pegaron micrófonos a sus gargantas, de esta forma permanecieron diecisiete minutos, respirando el aire del otro hasta agotarlo por completo, el desmayo ocurrió cuando los pulmones de ambos se llenaron de dióxido de carbono, al no tener más oxigeno que soltar. Intentaban explorar la idea de que el ser humano puede absorber la vida de otra persona, apoderarse de ella hasta destruirla por completo.
Luego en 1980, realizaron la Rest Energy. Ambos sostenían un arco con una flecha tensada apuntando al corazón de Marina, sólo la fuerza de cada uno mantenía la tensión e impedían que la fecha se lanzara. Con micrófonos, grabaron los latidos de corazón de ambos, desbocados, acelerados.
Su performance en conjunto más emblemático fue The Great Wall Walk, realizada en 1988 en la Gran Muralla China. Esta acción puso fin a su relación. Consistió en que ambos se colocaron en extremos opuestos de la muralla y fueron avanzando, en una larga caminata de aproximadamente 2.000 kilómetros, hacia el centro, donde ambos terminaron encontrándose.
Abramovic se ha autoproclamado la "Abuela del Arte de la Performance". Su performance más reciente fue en 1997, cuyo nombre fue Balkan Baroque, realizado en la Bienal de Venecia.
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